Los adolescentes no saben decir cuáles son sus puntos fuertes y en cambio tienen localizados sus puntos débiles. En nuestros campamentos de inteligencia emocional les ayudamos a conocer sus fortalezas.

Es una de las cosas que más nos llama la atención cada verano. ¿Qué puede pasar para que los adolescentes, a priori con una buena educación académica, no sepan cuáles son sus puntos fuertes?

La importancia de enseñar inteligencia emocional a los adolescentes

Las jornadas de inteligencia emocional son esos momentos de la agenda de nuestro campamento en los que nos juntamos con los adolescentes y abordamos temas que tienen que ver con “crecer y evolucionar” como personas para sentirse más felices. 

Cada día obviamente está diseñado alrededor de una temática sobre la que trabajar. Y en esta ocasión, lo que quiero contarte, nos ocurre en la mañana que hablamos sobre fortalezas. 

Para nosotros las fortalezas son fundamentales porque son los puntos fuertes que cada uno de nosotros tenemos y en los que nos podemos apoyar. En los que los adolescentes se pueden apoyar. 

Especialmente cuando estamos ante un nuevo aprendizaje (que en el caso de los adolescentes, pobres míos, es todooooo el tiempo jejeje).

Conocer mejor los puntos fuertes y los puntos débiles. Parece fácil, ¿no? Pues eso pensábamos nosotros, pero no. No lo es para nada. Nos dimos cuenta, con gran asombro, que los adolescentes desconocen sus puntos fuertes.

Poner el foco en sus fortalezas y no tanto en sus debilidades

 

Nuestra idea inicial era ayudarles a utilizar esos puntos fuertes en los nuevos aprendizajes deportivos que enfrentan durante el campamento de verano. Porque nuestros campamentos de verano, por si no lo sabes, son campamentos especializados en  inteligencia emocional a través de experiencias deportivas.

Pero no fue tan fácil como esperábamos. En ninguna edición de nuestro campamento lo es.

Cada año tenemos que remontarnos al inicio. Hemos de ayudarles a identificar cuáles son esas áreas fuertes, en aquello que son buenos.

Eso sí, tengo que decirte que sus debilidades las conocen estupendamente. Tenían una gran lista de cosas que NO hacen bien. En las que NO son buenos. Sus debilidades las enumeran de carrerilla. 

¡Nos quedamos alucinados!

Seguramente, con muy buena intención, las figuras de referencia (padres, profes, etc.) se fijan más, hacen más hincapié en lo que falta, en lo que hay que mejorar. En las debilidades. Y digo con buena intención porque entiendo, y no me parece mal, que se ponga foco en lo que no se sabe. El problema es que lo ponemos tanto ahí, que olvidamos dar la importancia que merece a las áreas fuertes que ya tiene esa persona.

¿Recuerdas esos dictados corregidos en los que las 3 faltas de ortografía que habías cometido era lo que más se veía? En rojo, bien señaladas. Y así, las otras 50 o 70 palabras que habías escrito correctamente parecían no apreciarse. Pues algo parecido.

¡Ay, la buena intención, los miedos de los padres y la prisa de los profes (y el sistema)!

Nuestras fortalezas son muy importantes. Son nuestros tesoros. Y también sirven de apoyo para mejorar las áreas más débiles.

Nuestros puntos fuertes están ahí YA. Disponibles para poder utilizarlos a la hora de aprender algo nuevo. Y algo viejo también jejeje 

No, en serio. 

Si señalamos lo que aún NO saben, lo que NO se les da bien, lo que NO han desarrollado todavía, en lugar de lo que SI saben, sí se les da bien, sí han desarrollado ….. 

Es lo que van a creer de si mismos: ¡NO SOY SUFICIENTE! 

Adiós autoconcepto. Adiós autoestima.

A mi me pasa con mi hija pequeña. Tiene 5 años y por alguna razón que solo ella sabe, de momento las letras y los números no le interesan. 

Pero es increíblemente creativa, tiene una memoria alucinante, es muy buena escalando y en general con los deportes. Tiene muy buen oído para la música. Y su madurez emocional y su empatía son dignos de mención. 

¡Pero yo (mi miedo), seguramente le hablo más de las letras y los números que de todas esas fortalezas que comentaba antes!

¿Cómo trabajamos esto en nuestro campamento de inteligencia emocional para adolescentes?

Así que, cuando nos dimos cuenta de esta dificultad, que los adolescentes no conocen sus puntos fuertes, pensamos que aprovecharíamos este descubrimiento para que se marcharan del campamento de verano:

• Conociendo mejor sus fortalezas (lo que se les da bien de forma natural, lo que les sale bien)

• Sabiendo como utilizar de forma práctica esas fortalezas en los nuevos aprendizajes a los que se enfrentan

• Comprendiendo que ya son son «mayores» para re-conocerse y ocuparse de ellos mismos

Al final, es responsabilidad de cada uno descubrir sus fortalezas y tenerlas a mano para utilizarlas en el día a día. En la vida. ¡Basta de quejarse de lo que otros nos dicen o no!

¡Y ese es nuestro trabajo en TKS!

Ayudarlos a descubrirlas.

Acompañarlos para que sepan cómo convertir estas fortalezas en apoyos prácticos. 

Conseguir que mejoren el concepto que tienen de sí mismos.

Lograr que se quieran más así como ya son.

Y que las debilidades no sean una losa pesada.

¡Suerte la nuestra de tener un trabajo tan bonito!

En fin, este post ha llegado a su fin. Esperamos que te haya gustado y te resulte útil con tu adolescente. 

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Un abrazo y ¡Feliz día!

#LosCámara (Eva)

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