Los padres con los que hablamos nos dicen cuánto les gustaría ver a sus adolescentes con actitud positiva.
Una de las habilidades que se trabajan en inteligencia emocional es la motivación. Y dentro de las distintas “patas” de la motivación que se aprenden, una es el optimismo.
Mantenerse motivados y optimistas incluso ante el fracaso.
Y en nuestros campamentos de inteligencia emocional TKS!, trabajamos para que los adolescentes puedan desarrollarla. No es tarea fácil jajaja. Les ayudamos a que aprendan a mejorar su actitud. A permanecer optimistas. A mantener la motivación.
Sí, les ayudamos a que comprendan que mantener una buena actitud, incluso cuando las cosas no salieron como les hubiera gustado ,es fundamental. Diría más, es decisorio.
Y nuestros adolescentes nos preguntan a Ángel y a mí con tono de “estos son unos flipaos”, ¿cómo queréis que estemos contentos si hoy no hay viento para navegar, si ayer no me salió el water start, si he discutido con mi amiga x, si mi madre no me deja irme con mi amiga x de vacaciones, si casi no nos dejáis usar el móvil en el campamento, si mi novia se enfadó ayer porque claro, como no tengo móvil, piensa que no me comunico porque paso de ella?
Y les explicamos que justo “en esos momentos difíciles” es cuando más importante es mantenerse optimista.
¿En qué situaciones es especialmente útil que tu adolescente se mantenga optimista? En el campamento es así como lo trabajamos:
- Cuando tiene un reto por delante (casi todo el tiempo)
- Cuando necesita tener un estado de ánimo positivo y constante (por ejemplo el primer día que hacer waterstart)
- Cuando se siente sin energía (casi siempre pero sobre todo por la mañana)
- Cuando quiere influir a los demás y sentirse parte de su grupo de iguales (en sus relaciones sociales)
¿Y nos resulta fácil en nuestro campamento de inteligencia emocional a través del deporte trabajar ésto con 29 adolescentes? jajajaja
La respuesta es no. Con este tema de la actitud, padres, madres, os confieso que Ángel y yo tenemos el cielo ganado.
Porque no es fácil mantenerse estoicos ante las quejas y la débil actitud de casi los 29 campers que vienen a nuestro campamento. Y digo casi, porque siempre hay excepciones. Inspiradoras para el resto, por cierto. Otro día te cuento experiencias del campamento con adolescentes que tienen actitud y con otros que no.
Pues en eso estamos las 2 semanas que duran nuestros campamentos de verano. Erre que erre.
Nuestra misión (entre otras): mejorar la actitud de los adolescentes para que sean positivos incluso ante ”el fracaso”.
Aunque bajo mi punto de vista (se lo digo a ellos siempre), el fracaso como tal no existe. Puede ocurrir que no se consigan los resultados esperados, ¿pero fracaso? No, no. Si hay aprendizaje posterior, nunca hay fracaso.
Bendito fracaso si se ve como un proceso necesario (a veces) para aprender y evolucionar. Ser capaz de extraer los aprendizajes de cada proceso es muy interesante. Y optimista en sí mismo. Quedarse con lo aprendido en el proceso.
¿Y qué significa exactamente tener una actitud positiva?
Veamos cómo de posible es que los adolescentes aprendan a ser positivos incluso ante la derrota.
Empiezo explicando qué es una persona optimista y qué la diferencia de una pesimista.
Y esto te puede dar pistas de hasta qué punto tú eres pesimista u optimista. De si tu adolescente es optimista o no lo es. Incluso de cómo es el ambiente que se respira en tu familia, pesimista u optimista.
Y quizá puedas darte cuenta de cosillas en las que no habías caído.
Porque en general pensamos que somos más optimistas de lo que en realidad somos jajajaja.
Ser optimista es ver y juzgar las cosas en su aspecto más positivo. Dicho de otra forma, las gafas que llevan puestas los optimistas permiten enfocar mejor y ver con más claridad lo positivo de una situación,
incluso en casos extremos donde todo el mundo ve desastre y el fin del mundo.
Ejemplo: Imagínate una imagen de un pinar quemado (como tantos veranos).
El optimista ve la tragedia igual, pero también ve que algunos de esos árboles tienen el tronco intacto y podrán crecer rápido, que los pájaros aún cantan, que esto pasó hace 15 años en no sé qué lugar y se recuperó. Que esto ayudará al gobierno a tomarse más en serio el cuidado del bosque desde ahora.
¿Se entiende?
Lo que diferencia a un optimista de un pesimista es cómo se enfrenta a la adversidad. No es como alguna gente piensa que están en los mundos de yupi, que nada les afecta. Al optimista también le afecta que las cosas vayan mal, tener un contratiempo, una desgracia, etc.
Pero 3 rasgos fundamentales diferencian a un optimista de un pesimista:
Rasgo 1
El pesimista tiende a pensar que las desgracias, o circunstancias desfavorables, son permanentes y van a durar toda la vida o durante mucho tiempo.
Ejemplo: el Covid nos va a cambiar la vida definitivamente. Ahora ya siempre tendremos que ir con mascarilla como en los países asiáticos.
El optimista cree que es algo circunstancial, específico y que va a pasar.
Ejemplo: poco a poco todo irá volviendo a la normalidad. En un par de años lo recordaremos como algo anecdótico.
Rasgo 2
El pesimista se culpabiliza, se ve a él mismo como el origen de la desgracia.
Ejemplo: es que todo me pasa a mí. Soy un cenizo. Con el covid no podré ir nunca más a un campamento TKS! (nos pasó el año que no hubo campamento por el covid).
El optimista cree que no es un tema suyo, sino de lo que le rodea. Externaliza el problema.
Ejemplo: el campamento no se realizará este verano pero eso hará que el que viene lo disfrute mucho más. Además aprovecharé este verano para estar más con mi familia.
Rasgo 3
El pesimista tiene una capacidad de reacción baja. Cuando algo sale mal, ante la derrota, se desconcierta, se viene abajo y se rinde con facilidad.
Mientras que el optimista tiene capacidad de reacción alta. Percibe la adversidad como un reto, como una necesidad de remangarse la camisa y ponerse manos a la obra.
¿Qué tal? ¿Te ha aclarado algo? ¿Cómo es tu adolescente? ¿Y tú? ¿Y el ambiente familiar?
Espero que sí te ayude a evaluar en qué punto estáis.
Otro día, te contaremos los beneficios demostrados de ser optimista, que son muchos la verdad.
Y también en otro post te compartiremos alguna técnica para entrenar la actitud optimista de tu adolescente en casa. Usamos varias en nuestro campamento de inteligencia emocional para adolescentes. Y nos funcionan bastante bien.
‘Ah, se me olvidaba! Si leyendo te das cuenta que eres pesimista y quieres revertir esto, tranquilos papá y mama, a motivarse y a mantenerse positivo, se puede aprender. Y un adolescente más, porque su cerebro está todavía en construcción y por tanto más abierto al aprendizaje. Sus caminos neuronales son más escrutables. Otro día te lo desarrollo más, pero la buena noticia ahí la dejo.
Conclusiones: aprender a ser positivo con inteligencia emocional
Es bueno facilitar a nuestros adolescentes experiencias en las que inviertan tiempo en conocerse a fondo.
Como padre, como madre nos resulta difícil que nos escuchen, a veces necesitan que un tercero se lo diga para que la información llegue a su destino.
En nuestro campamento de verano especializado en inteligencia emocional a través de experiencias deportivas, trabajamos para que los adolescentes aprender a ser optimistas incluso ante el fracaso y para que sean conscientes de cómo es su actitud en este momento. Reconocer de dónde parten, aceptarlo y aprender.
Para que, no haber conseguido los resultados esperados, sirva de punch para lograrlos a la próxima, .en lugar de quedarse con una sensación de fracaso que no es útil para nada
Visita nuestra web www.tarifakitesurfcamp.com y mira cómo trabajamos la inteligencia emocional de los adolescentes. Porque la adolescencia, bajo nuestro punto de vista, es una etapa vital sagrada y decisiva que nos prepara para la vida adulta.
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Espero que te haya gustado el tema que abordo hoy.
Un abrazo y ¡Feliz día!
#los cámara (Eva)
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