Un campamento de inteligencia emocional para adolescentes a través del kitesurf tiene como objetivo principal fortalecer la confianza y la autoestima de los jóvenes.

El kitesurf es un deporte complejo que requiere de varias semanas de entrenamiento hasta conseguir resultados visibles. Solo después de aprender todos los aspectos técnicos, y repetir mil veces cada maniobra, se llega a disfrutar de la inigualable sensación de deslizarse por el agua arrastrados por una cometa potente. Esto significa que es necesario creer en uno mismo y perseverar hasta obtener los resultados deseados. Por eso, el kitesurf es un deporte especialmente recomendable para adolescentes que necesitan ganar confianza y fortalecer la autoestima.

Cuando faltan la confianza y la autoestima se recurre a las excusas

Mas del 70% de las personas que comienzan a aprender kitesurf abandonan tras un curso básico de 3-5 días de iniciación. Y nunca más vuelven a intentarlo. ¿Sabes por qué?

Esto es debido fundamentalmente a la falta de confianza y autoestima, especialmente entre los adolescentes. Consciente o inconscientemente los alumnos llegan a la conclusión de que este deporte es demasiado difícil para ellos. Así que comienzan a «inventar» una serie de excusas para justificar esa falta de seguridad en sus posibilidades de aprender:

• «No me mola el kitesurf, prefiero el surf»
• «Es demasiado peligroso. ¡Yo paso!»
• «Es un deporte demasiado caro. No tengo dinero»
• «Vivo demasiado lejos del mar»

En Tarifa KiteSurf Camp llevamos 10 años realizando el campamento de inteligencia emocional para adolescentes a través del kitesurf más prestigioso de Europa. Nuestro equipo de coaches y terapeutas saben que la falta de confianza del adolescente suele manifestarse a través de esas excusas. Por eso, todas las mañanas trabajamos con los jóvenes en talleres de inteligencia emocional que les permiten entender fácilmente cómo funciona su cerebro y qué técnicas tienen a su alcance para construir una autoestima sana, reforzar la seguridad en sí mismos y perseverar en el aprendizaje a pesar de las dificultades que se presentan en el camino.

Un campamento de inteligencia emocional para adolescentes a través del kitesurf solo sobrevive si consigue resultados tangibles

¿Sabes cuál es nuestra mejor carta de presentación? Nuestros resultados año tras año. El 98% de nuestros campers consiguen navegar tras dos semanas de campamento y la gran mayoría repiten el año siguiente.

Si tienes un hijo adolescente, entre 13 y 17 años, el kitesurf es muy recomendable para potenciar su autonomía y su confianza. Eso sí, asegúrate de que comienza a practicar con personal cualificado que no solo domina la parte técnica y de seguridad de este deporte, sino que te demuestra que entiende la importancia de construir poco a poco la confianza del adolescente.

Si estás interesado en desarrollar esta cualidad en tus hijos te dejamos 5 dinámicas para desarrollar la confianza , que nosotros también utilizamos en nuestros campamentos de verano.

Nuestro campamento de inteligencia emocional para adolescentes está diseñado para proporcionarles herramientas vitales

No es por casualidad que uno de nuestros campamentos estrella tenga como deporte principal el kitesurf. El proceso de aprendizaje de este deporte enfrenta al adolescente a situaciones que requieren de una compleja gestión emocional. Son oportunidades únicas para entrenar herramientas que aprenden en los talleres matinales con nuestros coaches y terapeutas.

Estas son algunas de esas oportunidades a las que me refiero:

• Miedo a lo desconocido: este deporte requiere un proceso de aprendizaje lento y progresivo donde el adolescente se va a ir encontrando con distintas situaciones desconocidas, en las cuáles el miedo suele ser protagonista. Por ejemplo: cómo controlar la cometa cuando el viento es muy fuerte; cómo entrar en el mar cuando hay olas grandes; cómo mantener el equilibrio sin caerme; qué hacer si mi cometa se me cae al agua y no consigo levantarla, etc. Ser capaz de reconocer que siento miedo y también ser consciente de que puedo enfrentarme con éxito a esa emoción es crucial para el desarrollo deportivo y personal del adolescente.
• Falta de certidumbre: el número de variables que no dependen de mí y, por lo tanto, no puedo controlar es muy numeroso cuando estoy aprendiendo a navegar. La fuerza y dirección del viento; las mareas; las olas; las maniobras de otros kiters, son solo algunas de ellas. La incertidumbre suele llevar aparejada la pérdida de seguridad. Así que el adolescente encontrará en este deporte un campo de ensayo perfecto para trabajar su seguridad interior; centrarse en los elementos que puede controlar y aprender a vivir y aceptar todo aquello que es incontrolable.
• La mirada de los otros: el kitesurf se practica en lugares públicos como playas, lagos o pantanos, es decir, que en muchas ocasiones estamos expuestos a la mirada y el juicio de los otros. En nuestra amplia experiencia como organizadores de campamentos de kitesurf esto es uno de los aspectos que causa mayor inseguridad en los jóvenes. A estas edades es habitual que las risas o críticas de sus iguales afecten más de la cuenta al adolescente. Emociones como la vergüenza, el nerviosismo, o el enfado afloran asiduamente. Trabajar con buenos profesionales de la enseñanza y el coaching ayudarán a que el adolescente poco a poco sea capaz de centrarse en sí mismo y no se vea afectado por la crítica externa.

Nuestro campamento de inteligencia emocional para adolescentes a través del kitesurf se apoya en la práctica del Mindfulness para potenciar la atención plena y la apertura al aprendizaje

El kitesurf es un deporte complejo que requiere máxima concentración. Necesitas tener la mente clara para poder manejar todos los elementos involucrados: viento, agua, equilibrio, control del equipo..

Los adolescentes tienden, como se dice coloquialmente, a tener «la cabeza en las nubes». Sin embargo, el kitesurf requiere tener los pies en «la tierra», es decir estar presentes, centrados en lo que está ocurriendo, pendientes de todos los detalles. Estar AQUÍ Y AHORA. Por eso es un aprendizaje que resulta especialmente interesante para este grupo de edad.

En nuestro campamento de inteligencia emocional para adolescentes practicamos Mindfulness cada día. La práctica diaria durante las dos semanas que dura el campamento incrementa significativamente la capacidad de estar aquí y ahora de los campers.

Mindfulness nos da la posibilidad de acceder a un estado de tranquilidad y apertura que permite a nuestro sistema nervioso ponerse en máxima disposición de aprender, actuar, progresar y alcanzar metas.

Entrenar la mente es crucial para que el adolescente acceda a esa concentración y serenidad que necesita para maximizar su potencial de aprendizaje. Los beneficios de «estar presentes» son múltiples: reducción del estrés, aumento de la motivación, mayor eficacia en los estudios, mejor manejo de la energía, mejor gestión emocional, etc.

El kitesurf es una fantástica forma de practicar y aprender esta capacidad de centramiento. Ayuda a olvidar qué pasó ayer o qué pasará mañana porque lo único que importa a la hora de navegar es estar 100% presentes.

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