Hoy queremos hablar de un tema clave que puede marcar la vida de vuestros hijos: cómo mejorar la resiliencia de los adolescentes. Este rasgo es de vital importancia a la hora de desarrollar la inteligencia emocional de los más jóvenes.
Seguramente te preocupa, y desespera ocasionalmente, que tu hijo o hija adolescente comience con una nueva actividad o deporte y al poco tiempo abandone. Te gastas un buen dinero en los materiales y las clases, pero al poco tiempo abandona porque dice que ya no le gusta.
A todos nos gustaría saber cómo mejorar la resiliencia de los adolescentes para que nuestro hijo o alumno fuera tan perseverante y adaptable a los retos como lo es Rafa Nadal.
Estos abandonos constantes te pueden generar ciertas dudas sobre si tú lo estás haciendo bien como padre: no le estoy enseñando a esforzarse; le mimo demasiado; no sabe valorar lo que tiene, etc.
Y te sientes frustrado porque no sabes cómo ayudarle a mejorar la resiliencia tan necesaria en la vida de un adolescente.
El abandono tiene una «razón de ser» que ha sido analizado desde distintos ámbitos, como el deportivo, el artístico o el académico. Las conclusiones dicen que todos somos susceptibles de poner fin a cualquier nuevo aprendizaje que emprendemos en la vida, especialmente en el caso de los adolescentes debido a su falta de resiliencia.
La buena noticia es que si somos conscientes de por qué ocurre, y además somos capaces de anticiparlo, entonces tendremos muchas más posibilidades de evitar dicho abandono, o al menos reducirlo, en nuestros adolescentes.
Conocer las 4 fases del aprendizaje puede ayudar a saber cómo mejorar la resiliencia de los adolescentes
Hoy queremos contarte un poco más sobre las 4 fases del aprendizaje y qué riesgos de abandono hay en cada una de ellas. Así, desde casa, podrás acompañar a tu adolescente con más conocimiento y animarle cuando, casi inevitablemente, se vea tentado a abandonar.
Las fases en el aprendizaje de una nueva disciplina son:
- Fase I – No sé que no sé. Por lo tanto soy incompetente e inconsciente.
- Fase II – Sé que no sé. Eso significa que soy incompetente, pero consciente de mi falta de pericia.
- Fase III – Sé que sé. En esta fase soy competente y consciente al mismo tiempo.
- Fase IV – No sé que sé. Ya no necesito prestar atención porque soy inconscientemente competente.
Lo importante es tener en cuenta que en todo aprendizaje pasaremos en algún momento por cada una de las fases. Es crucial que compartamos este hecho con nuestros adolescentes y les adelantemos que vendrán fases difíciles donde se verá tentado a dejarlo. Habrá muchos momentos de frustración hasta que domine un determinado deporte, instrumento o cualquier habilidad compleja. Y esos son los momentos donde el riesgo de abandono se dispara.
¿En cuál de las 4 fases del aprendizaje crees tú que hay más riesgo de abandono?
La capacidad de evitar el abandono del aprendizaje de una nueva actividad dice mucho sobre cómo mejorar la resiliencia de los adolescentes.
Hay 3 momentos críticos que, tanto tú como tu hijo, debéis saber que pueden aparecer en el proceso de aprendizaje. Es crucial estar preparados para anticiparlos y no tirar la toalla antes de tiempo. Te los contamos:
- Fase II. Imagina que tu hijo se ha apuntado a clases de guitarra. Cuando han pasado ya un par de meses y la ola de ilusión comienza a disminuir, pueden empezar las quejas y quizás oigas comentarios así: «Esto es muy difícil»; «No se me da bien»; «Es un rollo». Aunque el principio de cualquier aprendizaje complejo siempre es duro, éste se ve compensado con la ilusión de la novedad en los primeros días. Sin embargo, cuando van pasando las semanas y vemos que necesitamos esforzarnos para que se produzcan avances, aparecen pensamientos de autosabotaje: «Es muy duro» o «No soy capaz». En este momento surge un riesgo alto de abandonar antes de pasar a la siguiente fase del aprendizaje. ¡Ayúdale a superarlo! ¡Anímale! ¡Hay que seguir! ¡Sería una pena dejarlo antes de ser competente!
- Fase III. Siguiendo con el ejemplo de las clases de guitarra, el comienzo de la fase III es muy gratificante porque ya empiezas a ver lo resultados del esfuerzo realizado en la fase anterior. Tu hijo ya empieza a encadenar 3 o 4 acordes seguidos. ¡Es genial! Sin embargo, de vez en cuando se da cuenta de que casi siempre comete pequeño fallos y tiene la sensación de volver al principio. «¡Esto no se acaba nunca!». Lo que ocurre en la última parte de esta fase del aprendizaje es que hacer avances significativos cada vez cuesta más y aparece de nuevo el riesgo de abandono. ¡Échale una mano! ¡Recuérdale todo lo que ha avanzado! ¡Está muy próximo a disfrutar de verdad!
- Fase IV. En esta última fase es cuando uno puede disfrutar de esas canciones en su guitarra. Es la recompensa a todo el esfuerzo. Sin embargo, atención porque es fácil caer en el aburrimiento y la desmotivación pasado un tiempo. ¡Toca ser creativo y marcarse nuevos retos!
¿Cómo puedes ayudar a tu hijo adolescente a ser más resiliente y adaptarse a las situaciones complicadas con éxito?
Tu papel como padre en la construcción de la resiliencia y adaptabilidad de tu adolescente es determinante. Tu ejemplo es, sin duda, lo más influyente para ellos.
Aquí te ofrecemos algunas ideas para acompañar a tu hijo adolescente desde casa:
- Inspírale con el ejemplo de algún deportista o personaje público al que admira. Ejemplo: Rafa Nadal.
- Muéstrale la curva de aprendizaje señalando que ese tipo de pensamientos y sentimientos son normales en ese punto del proceso.
- Entrenad juntos esta capacidad de ser resiliente porque la necesidad de ser perseverante e insistir le será útil toda la vida.
- Se creativo y ayúdale a reinventarse. ¿Te imaginas qué sería de nuestro compromiso en pareja, en el trabajo, con la familia, en el día a día si no lo fuéramos?
Para saber cómo fortalecer nuestra resiliencia, y la de los adolescentes, es importante plantearse muchas preguntas
Terminamos este artículo con algunas preguntas que puedes plantearte para conseguir fortalecer la resiliencia de los adolescentes:
¿Es tu hijo de los que persevera o suele abandonar?; ¿Soy capaz de identificar en qué punto exactamente tira la toalla?; ¿Cómo evalúas, como padre, tu capacidad de resiliencia en general?; ¿Y en particular, cómo de persistente te muestras?; ¿Practicas con el ejemplo o esto también es una asignatura pendiente para ti?; ¿Qué podrías empezar a hacer más en el día a día para reforzar tu resiliencia y la de tu adolescente?
La resiliencia es uno de las virtudes que más escasea en nuestros días. Nuestro modo de vida actual, basado en la recompensa inmediata, no la fomenta. Tenemos una pizza, unas zapatillas, ó incluso una nueva pareja a golpe de un click. Sin embargo, es claro y evidente que todo aquello que realmente merece la pena suele ir acompañado de esfuerzo y persistencia. Ejemplo: completar unos estudios universitarios, conseguir un buen trabajo, vivir feliz en pareja…
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